Maite R. Ochotorena (San Sebastián, 1970) se formó como guionista de cine y televisión y ha trabajado muchos años como creativa en el sector del videojuego. Sin embargo, su verdadera pasión siempre ha sido escribir novela.
Ha escrito numerosos relatos cortos y, con su primera novela El secreto de la Belle Nuit, la autora dio el salto definitivo al mundo literario. A esta primera obra le siguieron su desenlace, La sombra de Fourneau, El destino de Ana H. Murria, Donde habita el miedo, Victory, en algún lugar desconocido, y El sueño de Valentine I, II y III.
- ¿Con qué libros comenzó tu afición lectora?
He leído mucho, de siempre. Gracias a mis padres, que son ávidos lectores también y se preocuparon de poner a mi alcance toda la lectura que podían. Mis primeros recuerdos son para Los Cinco, Los Hollister, Torres de Mallory… En el colegio leía mucho gracias a que las monjas que lo dirigían tenían una buena biblioteca y fomentaban también la lectura. Recuerdo con mucho cariño esos ratos, cuando me escabullía para leer. Siempre estaba deseando que llegara ese momento.
- ¿Cuáles son tus escritores preferidos?
Tengo muchos, en cabeza está Charlotte Brönte, con su Jane Eyre (tengo especial debilidad por esta obra), y a partir de ahí, podría nombrarte a Agatha Christie, Alejandro Dumas, Stephen King, Matilde Asensi, Ken Follet, Katherine Neville, George Orwell, Dickens… y tantos más que me dejo…
- ¿Qué género literario te gusta más?
Leo de todo, no tengo preferencias. Así como escribo sobre todo suspense, leo cualquier género, desde ciencia-ficción, a novela histórica, thriller, terror… Me gusta que me cuenten historias, y me encanta tener la mente abierta, que me sorprendan.
- ¿En qué momento te entró el gusanillo de la escritura?
De siempre. Cuando era cría ya inventaba historias a todas horas. Dibujaba cómics, contaba historias a mis amigas de camino del colegio a casa —ellas eran las protagonistas—, escribía en un cuaderno relatos románticos… (qué vergüenza pasé cuando un profesor mío de música me pescó escribiendo uno en su clase y se lo llevó, ja, ja, ja, ja). A los quince años escribí mi primera novela corta fantástica (es una pena que ya no exista, la escribía a mano, y me encantaría reencontrarme con aquella chica ilusionada que soñaba con ser escritora). Es mi forma de comunicarme con el mundo, como mejor me expreso. Además del dibujo, escribir me permitía dar rienda suelta a mi imaginación, hiperactiva, y me servía para desahogarme emocionalmente.
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En tu novela La mensajera del bosque, la naturaleza tiene un protagonismo clave. Como autora vasca ¿te has basado en algún ser de la mitología local para elaborar el personaje de Rhina, tan ligado al entorno?
No, no ha sido el caso. Quería que el lector se identificara con la naturaleza, que empatizara con ella, por eso creé este personaje, me pareció que darle la figura de una persona lograría conectar al lector con ella de una forma mucho más cercana. Siempre que se tratan las cosas de tú a tú se consigue mucho mejor esa empatía. Aunque es cierto que en la mitología vasca la naturaleza tiene muchísima presencia, Rhina no procede de ella, sino de cómo la veo yo, o cómo me gustaría que fuera si fuera una persona.
- A la hora de crear un thriller como el de La mensajera del bosque, ¿te basas en algún caso real?¿de dónde surge la idea?
La idea surge de mi absoluta necesidad de volcar en el papel mi preocupación por nuestro mundo, y este género me daba las herramientas que necesitaba para construir un relato contundente. Hay mucho de verdad en sus personajes, algunas cosas muy mías, pero no se basa en hechos reales, sino en símiles, símiles que nos hablan de nuestra sociedad consumista, del afán por crecer sin medida, por explotar cuanto tenemos alrededor sin reparar en el tremendo desequilibrio que estamos provocando. Esto es muy real, los lectores comprenderán muy pronto que tras ese toque mágico que tiene la novela, hay muchas verdades que reconocerán fácilmente.
- ¿Tienes entre manos algún nuevo proyecto literario?
Desde luego, ya he arrancado con él, y aunque aún es pronto para decir nada sobre ello, pinta muy bien.
- ¿Qué es para ti la lectura?
Vivir otras vidas. Hay tantas verdades, tantas realidades como personas experimentan la vida. Leer es una manera de calzarte los zapatos de otro por unas horas, ver el mundo a través de sus ojos, y crecer como persona, mantener la mente abierta. También es una manera maravillosa de viajar, a veces a otros países, a veces a otros mundos fantásticos. Al regresar, nunca eres la misma persona que cuando empezaste a leer las primeras páginas.
- ¿Cómo animarías a un no lector a que se introdujese en el maravilloso mundo de la lectura?
Cuando alguien no lee nada, suelo recomendarles lecturas ligeras, cortitas, y que vayan leyendo a ratitos, sin forzarse. Algo que le guste, que tenga que ver con algo que le apasione o que le resulte interesante. Si coge el hábito, ya no hay vuelta atrás.
- ¿Eres usuaria habitual de las bibliotecas?
Adoro las bibliotecas, pero mi alergia me mantiene alejada de ellas. No puedo leer libros que lleven mucho tiempo en una estantería sin ponerme fatal, así que con todo el dolor de mi corazón…
- Si pudieras ser un libro … ¿cuál sería y por qué?
Todos somos libros en blanco, al menos las páginas que vendrán están en blanco. Me gusta pensar que soy yo la que va escribiendo el futuro, que todo puede pasar y que el viaje más emocionante, que es la vida, está por vivir.
¡Muchas gracias por tu colaboración y estaremos atentas a próximas novelas!