Diagnóstico cáncer: mi lucha por la vida, Mariam Suárez, Galaxia Gutenberg, 2000.

En diciembre del pasado año publicamos el Reto de lectura 2021. El reto de febrero consiste en leer una novela sobre el cáncer y María Dolores Nicolás lo ha cumplido. Aquí está su reseña, ¡muchas gracias!

“Sufrir un cáncer es una experiencia dolorosa, pero no siempre ha de convertirse en la última experiencia”. Con esta serenidad y con apertura a la esperanza fue como Mariam Suárez narró su enfermedad, su lucha repetida y resistente frente al cáncer.

Apareciendo en su vida por primera vez con veintinueve años, Mariam, joven, vital y con carácter, esposa y madre, embarazada, tuvo que aprender a convivir con su diagnóstico. Y, como armas para combatir, encontró unos escudos protectores muy fuertes: además de su marido y su hija Alejandra, y el pequeño Fer que aún no había nacido, sus padres y sus hermanos fueron para ella una fortaleza inexpugnable. Más que acompañarla en la enfermedad, tomaron las riendas de la misma, poniendo su dolor por el cáncer de Mariam al servicio de la esperanza y la fortaleza de ella.

En la narración de su experiencia, Mariam hace gala de confianza: en los profesionales de la medicina que, como un equipo perfectamente coordinado, supieron trazar en cada momento el camino terapéutico a seguir; en Dios, porque, pese a que en ocasiones no entendía las razones, las causas, los porqués de su cáncer, la clave estaba en “saber que Dios te escucha y que te escucha con un amor y una atención infinita”.

Múltiples intervenciones quirúrgicas, frecuentes desplazamientos y estancias hospitalarias prolongadas, aderezaron la vida de Mariam. Llegó a compartir con Amparo, su madre, enfermedad y tratamiento en el mismo hospital, y hasta habitación. Y, a pesar de todo ello, no perdió de vista nunca lo importante: “la fragilidad de la vida y la grandeza del don de la vida”.

Contar la enfermedad y el dolor forma parte de la lucha contra el cáncer. También en esta pandemia. Ojalá, como Mariam, sepamos compartir con los demás el sufrimiento para transformarlo en sanación, fortaleza, esperanza y fraternidad.