Entre líneas, ¿qué pasó en la sesión del 14 de febrero de 2019?

El jueves 14 de febrero, a las 14 h, nos juntamos en el Museo UNAV algunos de los miembros del Club de lectura Entre líneas. ¿El menú? Mejillones, para cenar. Ñam, ñam, muy suculento.

La autora: Birgit Vanderbeke (Dahme, Alemania,1956) obtuvo en 1990 el premio Ingeborg Bachmann, el más prestigioso en lengua alemana, por su primera novela, Mejillones para cenar. Esta obra, y la posterior Alberta tiene un amante, han hecho que Vanderbeke sea considerada por muchos como la mejor autora germana actual.

Resumen editorial: En una familia modelo alemana, todos esperan el regreso del padre, que ha salido en viaje de negocios. Han dispuesto un montón de mejillones, su cena preferida. Pero, a medida que las horas pasan y él no llega, se va organizando una «revuelta» que pondrá en cuestión todos los valores de la familia tradicional.

Comentarios: en el libro, preparan una cena con 4 kilos de mejillones; nuestros comentarios creo que superaron con creces los 4 kilos de peso. En apenas 100 páginas y sin ningún diálogo, la autora, con gran maestría, ha sido capaz de despertar nuestra curiosidad y la tormenta de ideas y comentarios alcanzó el grado de tornado.

  • lo primero que nos sorprendió es que esta novela aparece etiquetada como literatura infantil-juvenil en muchos catálogos. Definitivamente infantil no nos pareció, y juvenil sí para poder abrir debate con los adolescentes tras su lectura.
  • en este libro, la comida es utilizada como indicador de tiempo, lugar, estados de ánimo y afectos. Se estableció un símil entre los mejillones y la familia protagonista.
  • en la familia tipo que se propone, tiene gran importancia las apariencias, el respeto desde el miedo, el patriarcado, la violencia, la adaptación, las máscaras y los roles de género.
  • se tratan situaciones sociales y políticas de las Alemanias del Este y del Oeste, ejemplificadas en las figuras de los padres. La emigración, los asesinatos, la sensación de miedo, de delación, la falta de confianza en todos, lo que se considera productivo frente a lo que no lo es, y tantas cosas que comentamos que nos parecieron escalofriantes.

Un «falso librito» que hizo que alargáramos la sesión media hora. Cuando lo acabemos de digerir, nos prepararemos para el siguiente, La cena.