¿Sabías que el nombre de la más famosa estatuilla dorada se debió a la ingeniosa bibliotecaria Margaret Herrick? Mito o realidad, se cuenta que al ser presentado en público por primera vez, esta bibliotecaria exclamó al ver el galardón: » ¡Oh, si se parece a mi tío Óscar!». Y el comentario debió de agradar a la Academia, que así lo bautizó desde entonces.
Por cierto, el mundo del celuloide se lo agradeció poniéndole su nombre a la Biblioteca de la Meca del cine en Los Ángeles.