
Como en cada ocasión señalada, el blog de Leyendo se entiende la gente abre las puertas de su humilde espacio en la Web para que -quien quiera- felicite la Navidad que ya se avecina a través de un comentario, una recomendación lectora, o simplemente compartiendo «el espíritu navideño» que ya se palpa en nuestras casas y calles.
Qué mejor regalo que un libro, diréis muchos, pues en efecto, nosotras no podemos regalaros nada material (¡y no es por la crisis!) pero sí que podemos regalaros nuestra ilusión de vivir otros mundos, y de soñar otras vidas, gracias a ese conjunto de hojas de papel o algún material semejante que, al estar encuadernadas, forman un volumen.
¡Felices fiestas desde Leyendo se entiende la gente!
El cuarto mandamiento, Booth Tarkington, Alfaguara, 2005.
La Navidad es una época óptima para plantearse grandes preguntas: ¿Quién está mejor situado ante los reveses de la vida: el que no para nunca y aun siendo consciente de que hay pocas oportunidades de conseguirlo se mantiene firme en su postura, o quien se deja llevar, parece haberlo conseguido todo y realmente lo que tiene es tan etéreo que se le escapa entre las manos?
La confesión, John Grisham, Plaza & Janés, 2011.
«Un hombre inocente va a ser ejecutado. Sólo un hombre culpable puede salvarle». Vertiginosa novela en la que el tiempo juega un papel protagonista en la búsqueda de la justicia.
Una temporada para silbar, Ivan Doig, Asteroide, 2011.
Ambientada en una granja de Montana a principios del siglo XX, narra la vida doméstica de un granjero viudo con tres hijos que contrata a un ama de llaves. Novela de valores que nos hace recordar a la inolvidable Matar a un ruiseñor.
Piccadilly Jim, P.G. Wodehouse, Anagrama, 2006.
Piccadilly Jim es el mote del protagonista, James, un joven crápula que tiene a su madrastra al borde de la desesperación. Ésta es una tradicional dama inglesa, riquísima, empeñada en conseguir un título nobiliario a su marido, el padre de Jim. Éste es un actor de segunda fila, harto de los convencionalismos de la alta sociedad británica. Padre e hijo, por separado, huyen a Estados Unidos y allí empieza el enredo que sostiene la novela y que da lugar a las más disparatadas situaciones y personajes. Comedia de enredo, publicada por vez primera en 1917 por este clásico escritor de comedias.
Memorias de un librero escritas por él mismo, Héctor Yánover, Anaya : Mario Muchnik, 1994.
Héctor Yánover fue un librero y escritor argentino que plasmó su vida entre libros en esta autobiografía. Comenzó su carrera en una librería de la mítica avenida Corrientes de Buenos Aires. En 1967 fundó la Librería Norte, aún en funcionamienta a pesar de ser un tiempo convulso para los productos culturales. Fue lector de largo recorrido, lo que le hizo ser un gran conocedor del mundo librario, algo imprescindible en su profesión.
Este libro recoge divertidas anécdotas, entre las que se pueden destacar estas pocas:
-«¿Tiene Antología?
-¿Antología de qué?
-¿Cómo?¿Hay muchas?»
– …
«¿Tiene Crimen y castigo del Doctor Jekyll?» (uyyyyyy, casi casi, Crimen y castigo la escribió Dostoievski).
El mundo es más grande ahora, Euna Lee, Rialp, 2011.
Durante una fría madrugada de marzo de 2009 un equipo de reporteros de una televisión americana graba algunas imágenes en la peligrosa frontera de Corea del Norte con China, para documentar un programa sobre los desertores norcoreanos. Al adentrarse sobre la superficie helada del río Tumen, dos de ellos son capturados por una patrulla fronteriza. Se inicia un largo e incierto cautiverio para Euna Lee, autora de este magnífico relato, y para su compañera Laura Ling. Llevan consigo valiosa documentación con grabaciones que podrían comprometer a muchos, y justificar un largo encarcelamiento. Euna Lee nos ofrece un testimonio de fe y de perdón, y de amor a la propia familia.
La niña que iba en hipopótamo a la escuela, Yoko Ogawa, Funambulista, 2011.
Llena de optimismo mágico y de poesía, esta novela -ambientada en los años 70- se inscribe en el ciclo dedicado a la amistad y la infancia iniciado por Yoko Ogawa (la novelista japonesa más conocida en su país y fuera de Japón) con La fórmula preferida del profesor, best-seller internacional, del que se vendieron más de dos millones de ejemplares sólo en Japón.
Diario de una amistad, Wanda Poltawska, San Pablo, 2011.
Ante todo es necesario tratar de comprender la unión espiritual que algunos, en Italia, han querido comparar con aquella entre San Francisco y Santa Clara. Con las debidas diferencias, naturalmente.
En «Diario de una amistad» recordando como para ella el hombre es un enigma, escribe «el campo de concentración me mostró mejor aun aquella virilidad cruel, brutal, despiadada. Nunca podré olvidar los comentarios sarcásticos y las miradas de aquellos hombres que, a golpe de látigo empujaban a las mujeres desnudas. En letrinas comunes las obligaban a cumplir en público acciones tan intimas que todo se rebelaba en nuestro interior.» Liberada de aquel infierno, es fácil suponer, que no necesitaba de un sacerdote que le «sirviera» discursos, palabras, lecciones sobre el sentido del mal y del bien en la historia. Tenia, en cambio, una imperiosa necesidad de recuperar la confianza en la humanidad, recuperar confianza en la vida, en una palabra, tenía necesidad de volver a vivir: y eso solo era posible compartiendo humanidad y vida con alguien, un joven sacerdote, Karol, futuro Juan Pablo II.
El jardín olvidado, Kate Morton, Suma de Letras, Madrid, 2011.
Libro superventas en España. En él se reúnen el misterio, la trama romántica y los tradicionales cuentos de hadas. Una historia que engancha desde el principio y que narra las aventuras de la protagonista, una niña adoptada, en busca de sus raíces. En vísperas de la Primera Guerra Mundial, una niña es abandonada en un barco con destino a Australia. Una misteriosa mujer llamada la Autora ha prometido cuidar de ella, pero la Autora desaparece sin dejar rastro… Un terrible secreto sale a la luz…
El informe de Brodeck, Philippe Claudell, Salamandra, 2008.
A medida que Brodeck escribe el informe sobre la muerte de Der Anderer, escribe también su propio informe, en el que narra su llegada al pueblo —siendo apenas un niño huido de lejanas persecuciones—, su vida allí, su deportación a un campo de concentración. Poco a poco, la historia se ramifica hasta alcanzar a cada vecino, a cada casa y a cada rincón de la aldea. Los hombres del pueblo escuchan la máquina de escribir castañeteando cada noche en la choza de Brodeck y se preguntan qué estará escribiendo. Libro duro pero muy interesante y con un final abierto a la esperanza o a la desesperanza en la condición humana.
No es bueno que Dios esté solo, Gonzalo Altozano, Ciudadela, 2011.
101 entrevistas cortas, de preguntas escuetas y rápidas respuestas que le dan al lector una alegría mientras reza, ríe, llora y se pregunta si será cierto que es verdad que no es bueno que Dios esté solo ese mismo día. Entrevistas cortas, amenas, con el lenguaje de hoy hablando de Dios, de su dulce compañía, y de la tristeza que da el no verle, y de la alegría que supone su acción en nuestra vida. Un libro apasionante que nos puede ayudar a vivir ya acompañados siempre por Él.
El precio de la dicha, Alois Lippl, Editorial Cobe, 2011.
El matrimonio no tiene hijos pero vive desahogadamente rodeado de sus criados. La aparición de diversos personajes irá complicando la idílica relación entre los esposos hasta un punto insostenible. Aparecerán entonces las tensiones, los celos, los secretos inconfesables… y frente a todo ello, la grandeza interior de los protagonistas. Todo ello, en un marco natural incomparable que el autor describe con suma maestría haciendo de esta obra una novela ejemplar, una joya literaria.
Cristianos contra Hitler, José Manuel García Pelegrín, LibrosLibres, 2011
Se muestran seis historias de la resistencia de cristianos que fueron «valientes», una figura que, a su juicio, se puede aplicar «a todas las épocas» pues «en todos los momentos viven personas que, con los medios a su alcance están dispuestas a luchar contra el mal». Según explica, los cristianos fueron «el mayor grupo de resistencia» contra el dictador.
Entre tonos de gris, Ruta Sepetys, Maeva, 2011.
“Me sacaron de casa en camisón”. Así comienza esta obra, la primera, de la escritora norteamericana Ruta Sepetys, hija de un refugiado lituano en Estados Unidos. La historia que nos cuenta es la de una chica de quince años, Lina, que aspira a estudiar Bellas Artes al comienzo de curso de 1941. Inesperadamente, el NKVD, la policía secreta soviética de entonces, entra esa noche en casa, llevándose a ella junto a su hermano pequeño y a su madre. Su padre, un profesor universitario muy involucrado en ayudas a lituanos en problemas, esa misma mañana desaparece de la ciudad. El ejercito soviético está repatriando a lituanos que tienen cierta relación con el mundo intelectual, tachándolos de asesinos y prostitutas, y llevándoselos a Siberia, donde sus destinos son los trabajos forzados y un más que incierto regreso a sus hogares algún día.
A través de una voz narrativa sobria y poderosa, Lina relata el largo y arduo viaje que emprenden, junto a otros deportados lituanos, hasta los campos de trabajo de Siberia. Su única vía de escape es un cuaderno de dibujo donde plasma su experiencia, con la determinación de hacer llegar a su padre mensajes para que sepa que siguen vivos. También su amor por Andrius, un chico al que apenas conoce pero a quien, como muy pronto se dará cuenta, no quiere perder, le infunde esperanzas para seguir adelante. Este es tan solo el inicio de un largo viaje que Lina y su familia tendrán que superar valiéndose de su increíble fuerza y voluntad por mantener su dignidad. ¿Pero es suficiente la esperanza para mantenerlos vivos?