La llamada de lo salvaje, Jack London, Nórdica Libros, 2016.

En febrero seguimos con una novela ambientada en invierno para cumplir el reto de lectura 2020, si en enero viajamos al crudo invierno de Viena de principios del siglo XX, en febrero aún nos vamos un poco más lejos, a la fría Alaska.

La historia comienza en un rancho de California, dónde roban a Buck, un San Bernardo, y lo venden cómo un perro de trineo en Alaska. Al principio es feliz, se une rápidamente a la manada, pero el problema llega cuándo es vendido a un nuevo propietario, cuya fiebre del oro hace que lleve a los animales a su límite, hasta que al final se encuentra a John que lo salva y cuida.

A lo largo de la historia vamos viendo la evolución de Buck, cómo es domesticado y tiene que adaptarse a la nueva situación volviéndose el líder de la manada, y sobre todo cuándo vuelve tener cariño, cómo se crea un sentimiento de posesión hacia su amo, pero aún así a lo largo de toda la historia se puede observar su búsqueda de vuelta a la naturaleza y la necesidad de volver a ser libre.

Una bonita novela publicada principalmente en 1903 y que en esta edición además se acompaña de unas ilustraciones maravillosas.

Inmaculada Pérez Martínez