(La lectura) «me permita viajar a lugares, tiempos, corazones ignorados, incluso a mis adentros y me permite crecer como persona»

Foto tomada de C.P. Huertas Mayores

Pedro Berástegui, profesor jubilado, voluntario del Teléfono de la Esperanza donde coordina varias actividades (curso de padres, cena de Noche Buena en familia, Club de lectura, etc.). Es aficionado a la música y a la poesía y abuelo de tres joyas.

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  • ¿Con qué libros comenzó tu afición lectora?

La sonrisa etrusca de José Luis Sampedro, El olvido que seremos de Héctor Abad Faciolince. Temas de autoayuda…

  • ¿Qué género literario te gusta más?

Las novelas de amor, eróticas a ser posible.

  • Has sido profesor de primaria y has podido constatar el hábito lector entre los alumnos. En tu opinión, ¿se lee ahora más que antes?

No he dado nunca Lenguaje en el colegio para comprobar lo que los niños leen, pero me consta que la mayoría de las familias tienen muchísimo interés en que sus hijos se hagan lectores como herramienta de enriquecimiento personal.

  • Si tuvieses que explicar a un no lector por qué lees, ¿cómo lo harías?

Con la edad el alma se serena, el cuerpo también y una de las aficiones sencilla, barata, cómoda, que tiene grandes beneficios al alcance de todas las personas, es la lectura. Me permita viajar a lugares, tiempos, corazones ignorados, incluso a mis adentros y me permite crecer como persona.

  • ¿Cómo surgió la idea de crear un club de lectura en el Teléfono de la esperanza?

Pensamos en cuidar especialmente a personas que pasan por alguna dificultad personal, familiar, y creamos este ámbito para que se sintieran entendidas, atendidas, arropadas, por ello son preferentes para entrar en nuestro Club de lectura.

  • ¿Cómo se desarrolla ese club de lectura?

Nos reunimos una vez al mes para compartir opiniones sobre el libro leído y entregar el siguiente título. El Gobierno de Navarra nos presta los lotes de 20 ejemplares del servicio de préstamo para Clubes de lectura. Elegimos o comentamos el siguiente título en la sesión ordinaria y lo comunicamos a la persona que nos los suministra, que por cierto es una gozada de persona, Mª Carmen Salas, siempre dispuesta a mirarnos cosas, proponernos títulos, reservarlos, etc. y muy compresiva con algún que otro retraso en las devoluciones.

Acuden personas de todo tipo, mayoritariamente voluntarios del TE que nos gusta la lectura y nos permite conocernos, vincularnos al TE, hacer amistad, y ahora viene lo más curioso de nuestro grupo: cada sesión la hacemos en torno a la mesa con una merienda-cena de cosas aportadas por todos los asistentes y sale de maravilla. Llegamos a casa cenados más cultos y más amigos; difícil de mejorar. Yo aconsejo a los clubes que estén en crisis, a grupos que tienen dudas de seguir que esto de las cenas literarias es una oportunidad, relajo, diversión, etc.

  • Si escribieras un libro que recogiera tus años en el Teléfono de la esperanza, ¿qué título llevaría?

Vaya preguntita tan acertada e invasiva: LOS 15 MEJORES AÑOS DE MI VIDA.

  • ¿Nos podrías decir un libro contra la desesperanza?

Más fuerte que el odio de Tim Guenard. Trata de un niño abandonado por sus padres y de la lucha vital por superar el odio hasta hacerse una persona nueva, agradecida, y maravillosamente resiliente. Es muy emocionante hasta el punto de haber sido el único libro con el que he llorado de tristeza, felicidad y amor a la vida.

  • ¿Crees que la realidad supera siempre la ficción?

No siempre, pero nos gusta saber que muchas veces se cumple. Pero es una moneda de dos caras: la realidad supera a la literatura en amor, odio, desgracia, felicidad. Nos gusta vivir y nos gusta leer lo que vivimos, sufrimos, y ser felices pensando y sintiendo lo que pudiera llegar a ser.

  • Si tuvieses que regalar un libro ¿cuál sería?

El principito de Antoine de Saint-Exupéry. Pero sobre todos, El hombre en busca de sentido de Vikctor Frankl que nos permite a los voluntarios del Teléfono de la Esperanza ser y estar sensibles al dolor humano para escuchar las múltiples historias de vida al otro lado del hilo telefónico en las que abunda esa falta de sentido que muchas personas nos confiesan en sus llamadas.

Ni  Cervantes ni García Márquez  podrían escribir historias como las que escuchamos, tan llenas y vacías de vida, de dolor, de soledad, de falta de sentido y de felicidad. Todo a la vez, como la vida.

Muchas gracias por estar aquí y al otro lado del teléfono.