Distintas formas de mirar el agua

Distintas formas de mirar el agua, Julio Llamazares, Alfaguara, 2015.

Julio Llamazares nació en Vegamián, municipio que quedó inundado bajo las aguas del embalse de Porma junto con Campillo, Quintanilla, Armada, Lodares y Ferreras.  De este último pueblo proceden los personajes de esta novela.

En los años 60 el matrimonio formado por Domingo y Virginia, junto con sus cuatro hijos, abandonan la casa familiar del pueblo que va a quedar anegado por las aguas de un nuevo embalse. No solo van a quedar sumergidas la casa y las tierras que son su sustento, también los recuerdos, los muertos y la historia de generaciones. Domingo nunca regresó, el dolor se lo impidió, pero dejó dicho que cuando muriera, sus cenizas fueran esparcidas lo más cerca posible a su casa.

En el presente, una comitiva formada por Virginia, sus cuatro hijos, tres hijos políticos, siete nietos y la novia de uno de ellos se reúnen en las cercanías del embalse para cumplir la última voluntad de Domingo. Todos y por capítulos diferenciados, exponen su diálogo interno, dieciséis monólogos intimistas relativos a lo que supuso en sus vidas y en el transcurrir de la familia la construcción del pantano y el abandono del pueblo.

Cada uno, con su distinta forma de mirar el agua, forman un paisaje tan típico de los años 60, cuando España quería desprenderse de su etiqueta de país rural y pasar a la modernidad. El exilio, la nostalgia, el desarraigo, el deber, el arrepentimiento, la soledad y mucho más, todo lo que conforma la vida, se dan en esta excelente novela difícil de olvidar.

Primeras páginas

Inmaculada Setuáin Mendía