Leyendo a Gloria Fuertes

Il. Noemí Villamuza

Estamos en el mes de la poesía, y se acerca el centenario de Gloria Fuertes, lo que hace que aquellos a los que nos gusta leer tengamos la mirada puesta en ella y buscando las novedades que se están publicando acerca de su obra y su persona.

Por eso os recomiendo estos dos libros para que os acerquéis a esta poeta encasillada en la poesía infantil, pero que también dijo mucho en la poesía para adultos, quizás un aspecto menos conocido, pero con una voz propia enorme.

Geografía humana: y otros poemas, Gloria Fuertes, Nórdica, 2017.

Esta pequeña obra, con una selección de cuarenta y un poemas de Gloria Fuertes publicados entre 1954 y 2005 y con prólogo de su amigo Luis Antonio Villena, se pone en relieve su poesía para dultos.

Como dice Villena: «Con un tono coloquial muy especial, usando la rima como ironía. Quien lee un poema suyo ya no olvida de quién es, te puede gustar más o menos, pero la reconoces inmediatamente, y eso es muy raro en literatura”.

Además el libro tiene unas preciosas ilustraciones de Noemí Villamuza y finaliza con un magnífico poema que José Hierro escribió de ella y ya publicamos la semana pasada en el blog.

Mis mejores poemas

sólo los lee una persona;

son unas cartas tontas

con mucho amor por dentro

faltas de ortografía

y agonía precoz.

Mis mejores poemas

 

Me crece la barba : poemas para mayores y menores, Gloria Fuertes, Reservoir books, 2017.

Esta antología recoge poemas tanto para mayores como pequeños, con el propósito de demostrar «que no había dos Glorias, sino sólo una y para todos los públicos». Queriendo reivindicar a una poeta, una mujer única.

En la obra se aprecia los rasgos de su estilo: los juegos de palabras, con sus sonidos y significados, la dulzura, la compasión, la simpatía y la empatía con aquellos que retrata. A través de su obra podemos ver el mundo a través de sus ojos y reconocerla por su humor, por la profundidad detrás de su apariencia de sencillez, por su humanidad y sencillez en la construcción de sus versos.

Gloria sencillamente desprende amor e ingenio.

El cocinero Fernando,

pasaba el día pensando

-sin pensar en lo que hacía-

se le olvida echar la sal,

nunca pela las patatas

y le sale el guiso mal.

La paella sin arroz.

(¡Qué atroz!)

Lo peor fue el otro día…

Encerrado en la cocina,

peló viva a una gallina

y en el horno la metió…

(Pasó un rato…)

Y la gallina gritó temblando:

-Fernando, Fernando,

o enciendes el horno

o me pones las plumas.

¡Que me estoy helando!

El cocinero distraído (Chiste en verso)

Inmaculada Pérez Martínez