Lucía Baquedano Azcona (Pamplona, 1938) estudió secretariado y trabajó en ese campo durante 9 años.
Autora de varios relatos infantiles y juveniles, en 1979 se presentó a la convocatoria de premios literarios de la Fundación Santamaría con la novela Cinco panes de cebada, que fue finalista del premio Gran Angular, lo que la animó a seguir escribiendo. En 1981, esta obra fue publicada por ediciones S.M.
En 1980, obtuvo el segundo Premio El Barco de Vapor, de literatura infantil, con La muñeca que tenía 24 pecas y, en 1986, el Premio Barco de Vapor con el libro Fantasmas de día, que fue incluido en la Lista de Honor del IBBY de 1988 y en el boletín anual de libros recomendados de la Jugendbibliothek de Múnich. Recibió también el premio de la Feria del Libro de Almería por Me llamo Pipe. En 1993 obtuvo el premio de la Comisión Católica Española para la Infancia por La casa de los diablos, y lo volvió a recibir en 2002, por El pueblo sombrío.
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- ¿Con qué libros comenzó su afición lectora?
Empecé con los infantiles que todos hemos leído de niños, pero pronto tuve mis preferencias y seguí fielmente a «Mari Pepa», de María Claret y Emilia Cotarelo.
- ¿Cuáles son sus escritores preferidos?
Me gustan bastante Miguel Delibes, Ian McEwan, Irène Némirovsky, Lawrence Durrell, Sandor Marai…
- ¿Cómo le entró el gusanillo de la escritura?
El gusanillo me llegó muy pronto, todavía niña y porque me gustaba mucho leer. Casi diría que aprendí a la vez a leer cuentos y a escribirlos.
- Sus libros se publican en colecciones infantiles y juveniles. ¿Por qué se centra en ese público?
Me dedico a niños y jóvenes porque es a esa edad cuando más he disfrutado leyendo y me encanta dedicarme a ellos.
- ¿Ha escrito alguna historia para adultos?
Hasta ahora no he publicado nada para adultos, pero si un día tengo una idea que me parece más apropiada para mayores que para niños, lo escribiré sin problemas.
- Cinco panes de cebada fue su primer libro publicado en 1981. Más de 35 años después y otras tantas ediciones sigue vigente. ¿Qué supone este hecho para usted?
Cinco panes de cebada me ha dado muchas satisfacciones, porque lo escribí siendo muy joven, lo publiqué veinte años después, y a pesar del tiempo transcurrido sigue gustando a los jóvenes lectores.
- ¿Tiene pensado publicar una nueva novela?
En este momento tengo en sus inicios una novela para jóvenes.
- En la Universidad de Navarra se celebra el club de lectura “Entre líneas” en el que una vez al mes se pone en común una lectura compartida. ¿Qué opinión le merece este tipo de actividad?
Me gustan mucho los clubes de lectura porque fomentan la afición, y leer y compartir las opiniones de los participantes es enriquecedor.
- ¿Puede dar algún título a los jóvenes que quieren iniciarse en la lectura?
Es difícil dar un título por los diferentes gustos de los jóvenes. Ahora parece que les atraen los terroríficos, de vampiros y muertos vivientes, que precisamente son los que a mí no me gustan. A los que se inician les recomendaría algo de fácil lectura para que no se echen atrás. Y si eso lo consiguen con vampiros, pues que los lean. La cosa es que disfruten haciéndolo, para que continúen leyendo.
- ¿Cómo animaría a un no lector a que se introdujese en el maravilloso mundo de la lectura?
Diría más o menos lo que en la respuesta anterior. A veces queremos que lean “algo bueno”, y a veces a ellos ese “algo bueno” se les cae de las manos. Para llegar a ello tal vez es necesario leer antes a Julio Verne, Stevenson, Richmal Crompton, Joan Manuel Gisbert o Concha López Narváez, que por cierto, son muy buenos.
Agradecemos a Lucía Baquedano su tiempo e interés y le deseamos un futuro exitoso.