
Conchín Fernández es periodista de Televisión Española y autora de “Querido Noah”, un libro en el que cuenta a su hijo sus orígenes africanos. Nacida en Pamplona y Licenciada por la Universidad de Navarra, Conchín Fernández empieza su carrera profesional en «Diario de Navarra». Posteriormente trabaja en el centro territorial de TVE en Navarra donde presenta el programa “Navarra de Cerca”. En TVE Madrid ha presentado El Tiempo, el informativo nocturno del Canal 24H y el informativo internacional y ha sido subdirectora del programa «Europa 2013». Ha trabajado también en la Oficina Técnica de Cooperación de la Embajada de España en Rabat en labores de comunicación. En Kinshasa ha trabajado como Responsable de Proyectos de la Agencia Española de Cooperación Internacional lo que le ha permitido conocer de cerca el África más desconocida.
- ¿Cómo comenzó tu afición lectora?
Desde que era una niña me ha gustado leer. En casa teníamos una biblioteca enorme en la que se encontraban todos los clásicos y los premios nóbel de Literatura. Y a mí me encantaba leerlos. Por la noche cogía una linterna y leía acurrucada entre la oscuridad de las sábanas hasta que mi madre me descubría y me obligaba a dejar de leer. Me ha gustado conocer historias bonitas que me llevaran a otros países y me descubrieran otras vidas. Leer es un auténtico placer que, lamentablemente, observo que se está perdiendo.
- Vives en Kinshasa, ¿cómo es la vida literaria allí?
Actualmente no vivo en Kinshasa sino en Pamplona. Volví hace un par de años obligada por los recortes que llevó a cabo el gobierno y que me tocó a mí. La vida literaria allí es muy pobre, casi inexistente. No hay libros, hasta el punto de que muchos de los alumnos que van al colegio llegan a la universidad sin haber tenido nunca un libro. Porque allí un libro es un objeto muy caro y por lo tanto son escasos. En los colegios se estudia bien con cuadernos o con pizarritas o con nada.
- Para conocer la realidad africana, ¿qué novelas recomendarías?
Humildemente, voy a recomendarte mi libro “Querido Noah”. Allí describo la realidad del Congo. Cuando uno termina de leerlo comprende esa parte de África. Además, describo el África que no sale en las noticias, el África amable que enamora a todo el que viaja allí. Tal y como hizo conmigo. Por eso escribí este libro.
- ¿Qué te quedas de tu experiencia africana? ¿Cómo nos describirías África?
En África la vida es muy corta y por lo tanto muy valiosa. Por eso, uno se olvida de lo superfluo y se centra en lo que realmente importa. Los africanos son personas que sufren enormemente porque tienen grandes carencias materiales y sin embargo, son alegres, porque deciden ser alegres. Por lo demás, cuando cierro los ojos y me acuerdo de África veo el cielo estrellado, con esas estrellas que parece que se te van a caer encima, las luciérnagas que saltan a tu paso, el río Congo, los sonidos de la selva, el croar de las ranas cantando junto a los búhos y ese olor tan característico a tierra mojada.
- Eres periodista, presentadora de TVE y en un determinado momento te vas al Congo a hacer reportajes televisivos. Pero decides quedarte allí, ¿Qué es lo que te enganchó del Congo? ¿Cuáles fueron los motivos?
Lo cuento en mi libro y es difícil resumirlo en unas pocas lineas porque son muchas cosas. Yo fui a África sin tener ni idea de a dónde iba. Solo fui porque me lo pidió un misionero ruandés. Quería que rodara un reportaje sobre su misión, que se encontraba en un poblado perdido en la selva congoleña junto al río Congo. Yo al principio no quería ir, me daba mucho miedo. Pero por unas casualidades del destino acabé allí y aquello me enamoró.
- ¿Qué te impulsa a escribir este libro? ¿Qué mensaje quieres transmitir con él?
No soy una persona moralista, ni pretendo transmitir ningún mensaje. Simplemente quería contarle a mi hijo sus orígenes africanos. Que supiera que él es fruto de mi amor por un hombre, por un continente y por un país: el Congo. Mi hijo encarna todo ese amor que yo he sentido. Además, quería que este libro le sirviese a él como una guía para moverse en la vida. Porque la gente que yo conocí allí a mí me enseñó a vivir. Y a ser feliz.
- ¿Cuánto hay de objetividad y de subjetivismo en este tipo de escritura ?
He escrito desde el corazón y desde la verdad. He sido muy honesta en mi escritura y en lo que cuento. Por eso pienso que estoy conectando con los lectores. Estoy recibiendo unos comentarios preciosos que agradezco infinitamente.
- ¿Cuáles han sido los proyectos más interesantes que has llevado a cabo en la AECID en relación con el desarrollo cultural en África?
El más interesante la restauración del archivo del museo de Kinshasa. Había piezas increíbles, documentos fotográficos de la época colonial muy interesantes. El propio museo es una joya. Ahí estaba el trono de Mobutu, la estatura de Livingstone tirada por los suelos. Todo un símbolo de lo que piensan los congoleños.
- ¿Tienes en mente alguna idea para un nuevo libro?
Siempre tengo ideas. Y me gusta mucho escribir. Siempre estoy tomando nota de todo, fijándome en todo el mundo. Quizá se convierta en un personaje de mi próximo libro.
- ¿Nos podrías contar brevemente quién es Noah?
Es mi hijo. A él le escribo este libro. En el fondo, este libro es un canto de amor hacia él.
Gracias Conchín por este viaje a la lectura y a África.