
En el artículo de El Mundo 19/01/2015 titulado Bibliotecas, palacios de pueblo escrito por Loreto Sánchez podemos leer los siguientes fragmentos sobre las Bibliotecas.
Lo único que sobrevivió a las más de 10 horas de bombardeos por parte de los nazis fueron los muros de la biblioteca. Hollan House (Londres) es atacada en 1940, los impactos la destruyeron casi por completo y el fuego se encargó de rematar la faena. Los primeros curiosos se adentraron entre las ruinas, la biblioteca seguía intacta, sólo un par de ejemplares habían caído en la batalla.Stuart A. P. Murray lleva años investigando sobre cómo cientos de colecciones de libros han sobrevivido a guerras, incendios, robos, censuras y saqueos; además de analizar la evolución y el desarrollo de estos «hogares de la cultura» que se empezaron a forjar hace más de 5.000 años con los primeros escritos y que a día de hoy han adquirido una importancia superlativa en las sociedades occidentales.
En ‘Bibliotecas. Una historia ilustrada’ Stuart A. P. Murray detalla cómo ha ido evolucionando la fabricación de los libros y cómo, a medida que el coste de producción menguaba, su valor en la sociedad caía en picado. «La tarea de los escribas era tan ardua que escribían maldiciones a los posibles ladrones», narra Murray en el libro. «Que sufra el dolor pidiendo en voz alta clemencia y que no se le permita recuperarse de su agonía hasta que se descomponga. Permítase a los gusanos de los libros que roan sus entrañas», reza una de las más crueles.
Las bibliotecas nos recuerdan nuestra humanidad, preservan nuestro legado como especie y nos proporcionan los sillares intelectuales con los que construir el futuro.