“De pronto, inolvidable, brumosa, medio oculta en la colina, pero sin duda cierta, esa mañana apareció a sus ojos la imagen de la Isla, y toda su estirpe se puso en pie dentro de él, y le invadió el orgullo de saber que él y sólo él era el destinado a enfrentarse por vez primera a la imagen de una llamada más antigua aún que Olar.”