¿Qué mejor manera de pasar esta Semana Santa que adentrándote en la lectura? Dándole una oportunidad a ese libro que tienes pendiente encima de la mesilla…
Y por si no tuvierais ninguno en la recámara esperándoos… desde aquí os hacemos alguna sugerencia para amenizar las vacaciones o !esos largos viajes de vuelta a casa!
La abadía de Northanger, Jane Austen, Alianza, 2013.
Catherine Morland, la protagonista de esta novela, es una joven típica de la Inglaterra georgiana. Es una chica educada, de trato agradable, soltera y en edad casadera, prudente y amante de las novelas góticas. Durante un viaje a Bath conoce a los Thorpe y a los Tinley. Los primeros son egocéntricos, oportunistas y manipuladores; los segundos, adinerados y exquisitos, además, disfrutan con la compañía de Catherine. Finalmente la invitan a pasar una temporada en la Abadía de Northanger, el hogar de los Tilney. Allí, los imaginados días apacibles darán paso a sospechas y equívocos, en parte por la imaginación novelada de la joven. ¿O no?
El bufete, Borja Martínez-Echevarría, Martínez Roca, 2012.
Con esta novela el autor fue el ganador del premio abogados de novela 2012.
Alberto es un joven y brillante abogado que acaba de ser contratado por uno de los mejores bufetes con sede en España, y que además es incluído en el grupo que va a ayudar a la multinacional GlobalHerz a comprar la petrolera Petrospaña. No se imagina los problemas que generará esta compra… ahí es cuando se cruza en su vida Berta, una tenaz periodista con la que se verá envuelto en un gigantesco complot.
El club de los poetas muertos, N.H. Kleinbaum, Plaza & Janés, 1995.
Al estricto y elitista colegio Welton vuelve como profesor Mr. Keating, un antiguo alumno del mismo, que con su poco convencional manera de dar las clases se ganará el respeto y la confianza de sus alumnos, mostrándoles un nuevo mundo desde la literatura.
A través del profesor, sus alumnos, descubren una antigua sociedad secreta que había en la escuela «El club de los poetas muertos», y deciden retomar dicha sociedad. Para ello, se reúnen secretamente en una cueva donde tratan de «sacarle jugo a la vida» leyendo poemas, dejando fluir entre ellos la magia de la poesía, mientras comparten sus inquietudes, miedos y alegrías.
La tierra prometida, Chantal Maillard, Milrazones, 2009.
Con Matar a Platón (2004), la autora belga afincada en España ganó el Premio Nacional de Poesía. Con Hilos (2007), recibió el Premio Andalucía de la Crítica y el Premio de la Crítica de poesía castellana. Ambos poemarios nacieron del dolor. La tierra prometida es una plegaria por la tierra machacada por el hombre, un mantra por las especies extinguidas y en peligro de extinción. No es un libro al uso, no es poesía común. Es difícil su clasificación. Algunos lo denominan poema circular. La autora defiende que «no se trata de un libro de poesía. No lo pretende». Libro denuncia, sin duda, a la espera de la ¿tierra prometida?
La princesa de Éboli, Almudena de Arteaga, Martínez Roca, 2007.
Almudena de Arteaga nos cuenta en esta novela la vida de Ana de Mendoza de la Cerda, conocida como la princesa de Éboli, descendiente la autora de la princesa, nos narra de manera muy entretenida y fluída en primera persona la vida de esta mujer.
Esta novela histórica nos sitúa en el siglo XVI, más exactamente en la corte de Felipe II, donde la princesa de Éboli levantaba pasiones y envidias debido a su belleza e inteligencia y nos relata como Ana luchó por sus derechos con una fuerza y decisión inusuales en una mujer de la España de esa época.
A propósito de Abbott, Chris Bachelder, Libros del Asteroide, 2012.
«Si tuviera la ocasión, a) Abbott no cambiaría ni uno de los elementos fundamentales de su vida, pero b) Abbott no soporta su vida». ¿Contradictorio? O no, cuando conjugas las maravillas de la paternidad y el agobio de ser padre. Así es el sentir de Abbott, un sentir ambivalente y sincero, contado en pequeñas dosis, sin dramatismos. Abbott es un profesor universitario padre de una niña de dos años y está a punto de tener un nuevo bebé. Abbott es un tipo normal, todo lo normal que se puede ser en este mundo a ratos deschavetado. “A Abbot le gustaría creer que es un buen hombre, pero su mujer está en el piso de arriba sollozando, y él está abajo con el pegamento de contacto”