«La música, la literatura y el arte no nos ofrecen una belleza finita y caduca, sino una promesa de belleza»

Ekhi Ocaña  (Pamplona, 1978) es Profesor Superior de Música en la especialidad de Flauta travesera. Imparte clases Historia de la Música en la Universidad de Navarra donde también dirige el Coro Universitario (desde 2005) y la Orquesta de Cámara que impulsó en 2007. Es profesor de música en la Enseñanza Secundaria.

Es director del grupo musical de flamenco contemporáneo Zorongo con el que ha realizado numerosos conciertos y estrenado varios espectáculos de producción propia además de tres trabajos discográficos (“Zorongo” 2001, “El jardín de Yayyán” 2006, y “Bruma y sal” 2010) Estos discos están integrados casi en su totalidad por composiciones propias que han sido también estrenadas por Zorongo.

Practica la música de cámara en el dúo de flauta y guitarra clásica Ocaña-Zudaire y en espectáculos que aúnan música y poesía como “Falla y Lorca, encuentro en Granada” ; crea y dirige el proyecto Oxímoron Musiqa Nova de música medieval y renacentista; como estudioso y divulgador del flamenco ha impartido conferencias y coordina el ciclo “Pensar el flamenco” que organiza el Servicio de Actividades Culturales de la Universidad de Navarra.

  • De pequeño, ¿eras lector asiduo o es un hábito que has adquirido con los años?

La lectura me ha gustado desde siempre.

  • ¿Recuerdas algún título que te haya dejado huella?

En mi adolescencia leí varias veces La historia interminable de Michael Ende, me parecía que tenía varias capas de lectura, pocos años después la poesía de Antonio Machado me atrajo por su sobriedad formal y profundidad humana.

  • Eres autor de un trabajo titulado Enrique Morente, la modernidad de un clásico. En la música, y en la literatura, ¿qué es para ti un clásico?

En esa conferencia considero un clásico al cantaor Enrique Morente porque fue un gran conocedor  e intérprete del repertorio clásico del cante jondo, más allá de los trabajos que realizó como revolucionario del cante. Y sin duda hoy, su obra y su actitud frente al flamenco le han convertido en un clásico, convirtiéndose en un maestro al margen de las modas.

  • ¿Cuál es el último libro que has leído?

El diálogo musical del gran director de orquesta Nikolaus Harnoncourt.

  • Formas parte del grupo musical Zorongo. Según la RAE, zorongo tiene varias acepciones:
  1. *Pañuelo doblado en forma de venda, que los aragoneses y algunos navarros del pueblo llevan alrededor de la cabeza
  2. *Moño ancho y aplastado que usan algunas mujeres del pueblo
  3. *Baile popular andaluz
  4. *Música y canto de este baile
  5. *Pelo postizo

               Imaginamos que el pelo postizo no ha tenido nada que ver pero ¿por qué el nombre de Zorongo para   vuestra formación?

Zorongo es una melodía popular de Granada que Federico García Lorca recogió, armonizó y grabó en 1931 en un disco de pizarra. En 1998, mi padre Paco Ocaña realizó y dirigió un espectáculo teatral sobre la poesía de Lorca para conmemorar su centenario. En ese espectáculo, que además de los actores de teatro incluía música en directo y un cuerpo de baile, trabajamos juntos una serie de músicos interesados en el flamenco, el jazz y la relación que existe entre ambos estilos. El grupo de música Zorongo nació a raíz de aquel espectáculo que se llamó Zorongo y en el que se empleaba dicha melodía como eje vertebrador de la música de toda la obra.

  • Algunos de los trabajos de Zorongo están basados en poemas de Federico García Lorca. ¿Por qué elegisteis a García Lorca y no a otro poeta? ¿Cómo es el proceso de selección?

De la misma forma que no eliges a tu hermano mayor, nosotros no elegimos a Lorca. Nos ha acompañado intermitentemente desde entonces. Sobre todo el último Lorca de Diván del Tamarit, Sonetos del amor oscuro y Llanto por Ignacio Sánchez Mejías por la genialidad con que funden en una voz propia y personal  los elementos populares y ancestrales de la cultura española y mediterránea con las vanguardias de principios del s XX.

  • Has participado en conciertos musicales y también en espectáculos dramatizados. Junto con los grupos de teatro Zarrapastra y El Bardo, habéis representado obras donde se mezclan poesía, teatro, música y baile. ¿Hasta qué punto la literatura está engarzada con la música y otras artes escénicas?

Hasta el punto en que te lo permita tu amor a la expresión artística y tu imaginación. Ezra Pound escribió que «la música se degrada cuando se aleja demasiado de la danza y la poesía se atrofia cuando se aleja demasiado de la música». Todas las artes nacen de la misma necesidad humana, no importa si se manifiestan a través de la palabra, la imagen, el movimiento del cuerpo, la materia o el sonido.

  • Has puesto música a poemas medievales, a poemas de García Lorca, de Paco Ocaña… Musicar versos que ya están escritos, que tienen su propia sonoridad, su ritmo, ¿es complejo?

A veces. Pero el ritmo y sonoridad de la poesía suelen ayudar a encontrar el camino musical de la propia composición. Normalmente intento interiorizar el sentido del poema, conocer el autor y su contexto artístico. Luego analizo el poema formalmente, buscando las palabras clave, la dirección gramatical e incluso emocional para encontrarle un estructura interna que sirva como esqueleto de la música; memorizo el poema, o lo leo muchas veces para lograr que aparezca el ritmo musical…el resto es trabajo, búsqueda y un poco de intuición.

  • Tu música es muy variada. En ella podemos encontrar fandango, jazz, tango, rock, rondeñas, guitarras eléctricas, voces líricas… He leído que tus influencias van desde Mikel Laboa a Miles Davis. Te mueves en terrenos musicales muy amplios. En literatura, ¿te manejas del mismo modo?

Al final todos los estilos musicales son música, y procuro aprender y disfrutar de ellos. Con la literatura me ocurre algo similar aunque como le dedico mucho menos tiempo que a la música, lógicamente, mis conocimientos y gustos son más reducidos.

  •  Impartes clases de música en la Universidad de Navarra y en la enseñanza secundaria. ¿Qué te gustaría que recordaran tus alumnos de tus enseñanzas?

Disfruto dando clase porque es similar a dar conciertos: busco comunicar y compartir con el público o con los alumnos el gusto por la Belleza a través de la música. Al final de todo me gustaría que mis alumnos escucharan la música con un espíritu crítico y abierto, para enriquecerse humanamente con todo lo bueno que la música como arte puede ofrecernos.

  •  Las críticas hechas a Zorongo son excelentes. Dicen de vosotros lo siguiente: “Buenos estribillos (…), grandes arreglos y variaciones instrumentales de calidad” ; “Zorongo desarrolla una música abierta y directa (…) haciendo de cada actuación una experiencia única” ; “Una de las propuestas musicales con más calidad y originalidad de las surgidas en el seno de la Comunidad Foral” ; “Si la misión de la música, y del arte en general, es cambiarnos, hacernos mejores, este disco la cumple sobradamente” ; “Quizá la palabra exquisito se quede corta a la hora de adjetivar el nuevo trabajo discográfico de Zorongo”. El ánimo de esta pregunta no es el sonrojo, porque ni siquiera es una pregunta. Me gustaría que hicieras una pequeña reflexión sobre la seriedad de la música, la preparación musical, la honestidad de los músicos en esta sociedad del usar y tirar y del éxito rápido.

A lo largo de la historia, de diferentes maneras, siempre ha existido una música comercial al servicio del entretenimiento efímero. Hoy también, pero con el agravante de que los medios de comunicación, con todo su poder,  se han arrodillado ante esta música magnificándola frente al gran público, creando en él una imagen distorsionada y circense del arte musical.

En la actualidad, vivimos rodeados de música. En el autobús, en los centros comerciales, en la publicidad televisiva, en los bares, en la radio del coche…vivimos rodeados de una música que no escuchamos y que apenas oímos. Incluso la mayoría de las llamadas músicas comerciales nacen con fecha de caducidad, destinadas a sonar en todos los ambientes ya citados y con el fin de agotarse en un verano o en una campaña de Navidad para, así, crear en el consumidor la necesidad de oír más música similar. Música caduca que satisface el primer instinto humano de necesidad musical pero que no sacia al sentido del oído, que adormece el intelecto y  que no alimenta nuestro espíritu. Una música-rápida, la fast-food musical que no nos hace mejores personas sino mayores consumidores; que nos convierte en piezas del gran mercado del mundo en el que hoy vivimos y del que somos víctimas sumisas.

La música, la literatura y el arte no nos ofrecen una belleza finita y caduca, sino una promesa de belleza, un breve instante de belleza plena en el que el mundo se pone en armonía consigo mismo. Un momento fugaz en el tiempo… un instante en el que se puede vivir eternamente.

  • Para terminar, tres deseos, como en los cuentos infantiles: un deseo musical, un deseo literario y un deseo bibliotecario.

Mi deseo musical personal sería poder charlar con Manuel de Falla, asistir al estreno de la Novena Sinfonía, asomarme a la corte de Alfonso X el Sabio y escuchar alguna de sus “Cantigas a Santa María” …

Mi deseo literario, recordando a Machado, es que nos paremos a distinguir “las voces de los ecos”.

Mi deseo bibliotecario sería que el silencio paciente y sabio de una biblioteca resonara en la vida cotidiana de nuestra sociedad.

Muchas gracias por este concierto de palabras.