Ernesto Bravo Villamayor es ingeniero industrial. Completó su formación con EMBA en ESIC y un PDG en IESE, además de titularse en Coaching Ontológico, de Equipos y Sistémico. Exdirectivo de multinacionales y centros tecnológicos, ha sido también emprendedor, cofundando y dirigiendo startups como Tangle Research y Familiados. Entre sus aficiones está la lectura, la música, el surf, el yoga, la fotografía y … la escritura, una vocación temprana pero desatendida hasta ahora. Acaba de publicar El Origen de los Constrictores, el primer libro de la Saga Triaje, una trilogía de aventuras.
¿Con qué libros empezaste a leer y cuáles recuerdas con cariño de tu infancia o juventud?
Desde pequeño era un lector ávido, así que leía casi todo lo que caía en mis manos. Recuerdo con especial cariño los Don Micki, los tebeos de Mortadelo y Filemón, los manuales de los Jóvenes Castores. Y sobre todo la colección de las aventuras de Los Cinco, de Enid Blyton, que leía y releía una y otra vez, así como la colección de las Mellizas O’Sullivan, Los Tres Investigadores, Los Hollister, Puck, Esther. Básicamente todo lo que había por casa. Después llegaron los libros de El barco de Vapor, los cómics de Astérix y Obélix, Tintín, los superhéroes de Marvel, Momo, Emilio Salgari, Julio Verne, R.L .Stevenson, El Hobbit, La Historia Interminable.
¿Cuál es tu libro favorito y por qué?
Es difícil elegir un solo libro favorito, así que voy a elegir cuatro. El primero, El Señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien, la más maestra de las obras maestras. El segundo, Harry Potter, de J. K. Rowling, el mejor libro de aventuras del siglo XXI. El tercero, la serie de la Torre Oscura, de Stephen King. El cuarto, Pensar rápido, pensar despacio, de Daniel Kahneman, un tratado imprescindible para entender cómo funcionan nuestros cerebros a la hora de tomar decisiones. No puedo no citar, por cierto, la serie Fundación, de Isaac Asimov, y Dune, de Frank Herbert, además de La Rueda del Tiempo, El nombre del viento, Un caballero en Moscú, Agua para elefantes… Adoro los libros, y ¡hay muchos!
¿Qué supone la lectura para ti?
Para mí, los libros son máquinas del tiempo y del espacio, que me permiten evadirme y visitar otros mundos, vivir otras realidades, otras aventuras, otras relaciones. Leer es vivir otras vidas.
¿Qué opinas sobre la importancia de las bibliotecas en la formación y el fomento de la lectura?
En el mundo actual, que corre sin cabeza hacia ningún sitio, pero cada vez más deprisa, las bibliotecas son remansos de paz, oasis de serenidad. Mantener bibliotecas abiertas en 2025 es prácticamente un acto de rebeldía, de desobediencia civil. Y pienso que las bibliotecas deben aceptar ese rol, no conformándose con existir sino dándose a conocer más, incrementando su poder de atracción para seguir haciendo no solo lo mismo que han hecho hasta ahora, sino más. Porque la terapia de la lectura es más necesaria que nunca. Y, en ese aspecto, las bibliotecas son poderosas.
¿Qué te llevó a dar el paso de lector a escritor y lanzarte a escribir esta primera novela?
Como en casi todo emprendimiento, el paso fundamental es perder el miedo y no autolimitarse. Como buen lector de Tolkien, de jovencito pensaba que no podía escribir un libro hasta que no fuera a ser capaz de hacerlo igual de bien que él… Es decir, nunca. Con los años, fui entendiendo que no hacía falta ser Tolkien para escribir libros entretenidos (la función fundamental de los libros de ficción, en mi opinión), así que un buen día decidí formarme en escritura creativa (otro paso importante para emprender, la formación). Una vez incorporadas las herramientas, ya no tenía excusas, así que en cuanto mi vida profesional me dejó un hueco, lo aproveché. Y aquí estamos.
¿Cómo surgió la idea de El origen de los Constrictores? ¿Hubo alguna imagen o momento que te inspiró la historia?
Ni idea. Debo reconocer que no tengo ni idea. Un día iba caminando por la calle; teníamos que hacer un texto de dos páginas para el curso de escritura creativa. No sabía qué escribir, así que iba dándole vueltas. De repente, la situación que ocurre en el capítulo uno del libro, la cacería, apareció en mi cabeza y, antes de terminar el paseo, tenía la idea más o menos hilvanada. Cuando me senté a escribirla, me di cuenta de que había mucho más detrás de aquel relato.
La novela combina aventuras y ciencia ficción en un futuro postapocalíptico. ¿Qué es lo que más te atrae de este género y qué querías explorar con él?
Realmente, en mi opinión, el libro es muy político y muy sociológico, dos áreas que me interesan. Creo que, en este momento, como humanidad, nos está faltando reflexión sobre hacia dónde vamos y para qué: los intereses particulares priman sobre todos los demás y eso amenaza gravemente a nuestra especie. El libro, por tanto, es un vehículo que me permite expresar mis preocupaciones y explicarlas, en el formato más interesante posible para mí: la novela de aventuras. Si uno se da cuenta, no es tan diferente de La Guerra de las Galaxias, donde las dos primeras trilogías son también muy políticas.
En la novela aparecen dos tipos de inteligencia artificial: MADRE, más potente y organizadora, y Bishop, más empática y cercana a los protagonistas. Se ve que incluso en el futuro seguiremos sin poder vivir plenamente con la IA. ¿Qué te interesaba explorar al mostrar estas diferencias entre una IA “racional” y otra “emocional”?
Pienso que el futuro de la IA está aún por escribir pero, obviamente, los primeros pasos que se están dando marcarán los siguientes. También pienso que los seres humanos somos profundamente emocionales, y esa emoción tiñe (y no utilizo “tiñe” de manera negativa) prácticamente el 100% de las decisiones que tomamos, individuales o colectivas. Así pues, si realmente estuviéramos desarrollando la IA como una herramienta que nos ayudase a mejorar como especie, a decidir mejor, a ser más felices… ¿Qué tipo de IA tendríamos que desarrollar? Porque no veo mucha reflexión en torno a esto en el mundo: veo gente que quiere exprimir la herramienta, ganar una ventaja sobre los demás. Y gente asustada que se siente amenazada por aquellos que tienen los recursos para construir una ventaja aún mayor que la que ya tienen sobre ellos. Pero nadie está pensando en la humanidad, en su conjunto.
Sabemos que El origen de los Constrictores es la primera parte de una trilogía. ¿Qué nos puedes contar de lo que viene en las siguientes entregas sin hacer spoilers? ¿Y para cuándo la segunda?
Como he dicho, la trilogía es profundamente política y sociológica, y en las siguientes entregas veremos crecer esa parte: más dilemas, más confrontación, más aventuras. Creo que la evolución de los personajes del libro va a ser muy sorprendente (¡para mí el primero!)
Escribir una novela no es fácil. ¿Qué fue lo más complicado de todo el proceso y qué momento recuerdas con más satisfacción?
Escribir es sencillo, pero hacer una buena novela no lo es. Hay muchas cosas que cuadrar, muchos hilos que atar, mucha reescritura… En cualquier caso, todo eso es disfrutable y parte del proceso. Lo que realmente es duro es intentar que una editorial de las buenas publique tu libro. Intentar hacer ruido, que te conozcan, que te den una oportunidad. Eso es mucho más difícil que escribir, al menos para mí.
Si pudieses ser un libro … ¿cuál sería y por qué?
Quizá una mezcla entre Barbarian days, de William Finnegan, Un caballero en Moscú, de Amor Towles y The stand, de Stephen King. Libros en los que los héroes son simples mortales que viven vidas extraordinarias, porque eligen hacer extraordinario lo cotidiano.
¡Muchas gracias por esta entrevista tan interesante!
