La muerte de Ivan Ilich, Lev Nikolaevič Tolstoj, Alianza, 2018. También puedes encontrar el libro en electrónico y audiolibro.
[…] si tropezaba con resistencia y refunfuño retrocedía en el acto al mundo privativo y enclaustrado de su trabajo oficial, en el que hallaba satisfacción.”
León Tolstoi escribe La muerte de Ivan Ilich durante los años 1884 a 1886, se impresiona tan vivamente -dice la nota preliminar- con el relato de el sufrimiento previo a la muerte del magistrado de Tala, Ivan Ilich, que en cuanto se enteró comenzó a «imaginar» toda su historia.
Ivan Ilich, el personaje, hace todo lo que tiene que hacer: se consigue una mujer de la que se enamora, tiene un buen cargo como juez, un sueldo que acompaña su cargo, tiene hijos, organiza fiestas en la clase intelectual de la época. Uno pensaría que es un hombre feliz. Sin embargo, cada decisión que tomó en su vida fue por la satisfacción de los otros. La mujer lo irritaba, el sueldo no lo acompaña con su estilo de vida, y, por último, su enfermedad lo lleva a sufrir dolores inimaginables.
¿Acaso no ven todos, menos yo, que me estoy muriendo, y que sólo es cuestión de semanas, de días… quizá ahora mismo? Antes había luz aquí y ahora hay tinieblas. Yo estaba aquí, y ahora voy allá. ¿Adónde?»
Una cuestión que se presenta a mitad del libro es porqué nadie le tiene compasión o se siente triste por él. Claro, el libro en tercera persona presenta la perspectiva de un hombre que cree estar dentro del promedio, alguien que tiene amigos por interés, hace una familia por interés y el cual cree que todo su alrededor piensa y actúa de la misma manera. Cuando la enfermedad alcanza su punto máximo, encuentra un aliado -según él- que no le miente, lo deja sufrir y le agrada su compañía. Esto le abre la puerta de la duda a lo siguiente:
Quizá haya vivido como no debía –se le ocurrió de pronto– ¿Pero cómo es posible, cuando lo hacía todo como era menester?
Esta pregunta es, para mí, la clave de todo el libro. SIvan Ilich, el personaje, busca su contento y deleite todo el tiempo, si no lo encuentra se encierra en su trabajo, desde que le detectan la enfermedad no vuelve a sentirse de esa forma ni haciendo sus labores. Él hizo todo acorde a las reglas pero era no encontraba satisfacción en su vida espiritual. Está entonces la pregunta: ¿qué determina el sufrimiento, o la falta de, a la hora de morir?
Sofía Chiara Falcone.
