Almas grises, Philippe Claudel, Salamandra, 2005.

En diciembre del pasado año publicamos el Reto de lectura 2024. El reto de enero consiste en leer novelas cuyos inicios han sido elogiados.

«No sé muy bien por dónde empezar. Es realmente difícil. Todo ese tiempo ido, que las palabras no harán volver jamás, y también los rostros, las sonrisas, las heridas… Pero aun así debo intentar decirlo. Decir lo que me roe el corazón desde hace veinte años. Los remordimientos y las grandes preguntas. Tengo que abrir el misterio con bisturí, como si fuera un vientre, y hundir en él las dos manos, aunque nada cambie nada de nada».

Así comienza esta novela ganadora del prestigioso premio Renaudot y elegida Libro del Año por los libreros franceses y la revista Lire.

El narrador refiere una historia ocurrida hace 20 años en una pequeña localidad, un enclave desde el que se escucha el rugir de la Primera Guerra Mundial, se ven sus terribles consecuencias pero además se libran otras contiendas, las del día a día entre las personas de almas grises, supervivientes incluso de ellos mismos.

Un día, aparece flotando en el río el cadáver de una niña apodada Belle de jour y que es una de las hijas del dueño de un restaurante. En el caso se ven involucrados un policía, el narrador de la historia, el juez Mierck, hombre despiadado y vanidoso y Matziev, un militar desplazado a la zona. Pero también son otros los implicados en el caso. Está Destinat, el fiscal jubilado pero que tiene mucho que expresar y la maestra Verhareine, que apareció en una zona bélica con una razón que tardará en mostrarse.

No son los únicos, otros personajes tienen peso, aún muertos, en esta historia que no es una novela negra, a pesar de su génesis, sino una interesantísima y formidable novela que retrata con una belleza incómoda la condición humana.

Inmaculada Setuáin Mendía