Belén Altuna Esteibar, compañera de profesión, es la directora de la biblioteca de la Universidad Pública de Navarra.

Licenciada en Psicología por la Universidad del País Vasco y Master of Science en Library and Information Science, por la Universidad de Illinois. Ha realizado también el Programa de Doctorado en Documentación en la Universidad Carlos III de Madrid.

Belén ha trabajado como bibliotecaria en la Universidad del País Vasco y en la Biblioteca Nacional, además de ser docente en la Universidad Carlos III y directora del Proyecto DELICAT.

A su amplio curriculum añadirle que anteriormente a ser directora de la biblioteca de la UPNA, cargo que ostenta desde 2009, estuvo en la subdirección de la misma, estando entremedias un año como invitada en el Matheson Knowledge Center, la Biblioteca de la Universidad de Reno, en Nevada.

• ¿Eres lectora desde la infancia o te has enganchado por el camino?

Fue mi padre el que nos “enganchó” a la lectura desde muy pequeños a mis hermanos y a mí. Todos los fines de semana nos compraba un cómic a cada uno. No eran tiempos en los que las bibliotecas públicas se adecuaban a la lectura infantil (habría que decir que tampoco especialmente a la de adultos…) ni eran lo que hoy día entendemos como tal.

En aquel momento no le daba ninguna importancia al hecho de leer; era un pasatiempos de fin de semana. Luego crecí y me di cuenta de la enorme suerte que tenía por gustarme la lectura, con la que tanto he disfrutado, en la que en tantas vidas/personajes he entrado, y en la que de tantos paisajes y culturas he aprendido, sufrido, ….

Mi hija, que no tiene más que 16 años también es consciente de la suerte que tiene de ser lectora. Ya hace tiempos que lo expresa así y yo le he visto “adoctrinar” a amigas suyas en las bondades de la lectura y en lo que se pierden por no leer tal o cual libro.

• ¿Recuerdas algún libro de los que hayas leído que te haya dejado un poso imborrable?

Hay muchos libros que me han dejado huella, también canciones, paisajes… obviamente personas; he disfrutado mucho con biografías de distintas mujeres del XVIII, Mme. Du Deffand, Mme. Du Châtelet, … he sufrido con la novela Purga, de Sofi Oksanen,  me ha estremecido la producción teatral de El diccionario de María Moliner, bibliotecaria amén de diccionarista. Se me ha cerrado el estómago con Los libros arden mal, de Manuel Rivas y con Inés y la alegría o El corazón helado, de Almudena Grandes.

En la literatura en euskera, mis primeros e impagables recuerdos se remontan a los inicios de la edición contemporánea en esta lengua; así, Ehun metro, de Ramon Saizarbitoria, Zergatik panpox, de Arantxa Urretabizkaia, Jon eta Ane zigarro bat erretzen, de Ibon Sarasola. Apostaría a que son todos de la misma época, que yo recuerdo como etapa de enorme cambio vital.

•  ¿Con qué autor/a te gustaría compartir mantel y tertulia?

Con Virginia Woolf. A veces me asalta la duda de si la elección de las lecturas a lo largo de mi vida, no han sido guiadas o no han estado orientadas por Una habitación propia.

• Si pudieses ser un libro… ¿cuál serías?

Yo soy más de varios que de uno y creo que también en este caso, optaría por poner más de uno en mi biblioteca.

• ¿Cómo le explicarías a un alumno recién llegado a la Universidad la importancia de la Biblioteca?

Le explicamos que dentro de la experiencia de aprendizaje que supone la Universidad, la Biblioteca es un eslabón fundamental. Es una herramienta que desarrollamos para que pueda avanzar y culminar con éxito esa fase de su vida y para que le acompañe también en su actividad, tanto profesional como de ocio.

• Desde que eres directora de la Biblioteca de la UPNA, ¿cuáles han sido los cambios más evidentes del Servicio de Bibliotecas?

En general, diría que las bibliotecas universitarias cada vez contribuimos y apoyamos más los procesos de aprendizaje e investigación y así es también en nuestro caso, formando a nuestros usuarios en competencias en información y en herramientas bibliográficas, haciendo más visible su capacidad investigadora desarrollando y poniendo a su disposición repositorios para que puedan depositar los resultados de su investigación y que puedan llegar a otros con los que sea posible intercambiar y avanzar en el conocimiento científico.

En este momento, las bibliotecas estamos “abiertas” más tiempo en la web que de forma presencial y por ello es fundamental la labor de formación y apoyo a todos los niveles, y el alcance, no solo telefónico, que implica el horario de apertura, sino el digital a través de correo electrónico, que hace que el usuario pueda tener una atención más permanente y una comunicación mayor con los bibliotecarios.

Creo que en la Biblioteca de la UPNA, hemos dado pasos significativos en este sentido gracias al compromiso de bibliotecarios y bibliotecarias para con los usuarios, los servicios y los procesos.

• ¿Cómo ves la introducción del libro electrónico en las bibliotecas?

El libro electrónico en los procesos de aprendizaje es sumamente útil, ya que permite que los estudiantes accedan tantas veces y tanto tiempo como necesiten a la bibliografía recomendada para sus asignaturas y además, de manera ubicua. El libro electrónico se introduce paulatinamente, de manera desigual dependiendo de las áreas docentes, ya que todavía hay pocas colecciones en castellano y priman las colecciones más científico técnicas y en inglés.

•  En fechas como el día del libro, o el día mundial de la poesía ¿Soléis realizar eventos que animen a los estudiantes a la lectura?

No, hasta ahora no hemos hecho actividades específicas en esas fechas. Sin embargo, tenemos un Club de lectura presencial, elaborado y dirigido por una compañera de la Biblioteca, Begoña Espoz. Es una iniciativa de enorme éxito que inició Begoña en el curso 2010-2011,  se oferta semestralmente a toda la comunidad universitaria, gestionada por el área de actividades culturales de la UPNA.

• Y para terminar, ¿cuál es en tu opinión el mejor lugar para leer?

El sillón de mi habitación propia….

Agradecemos a Belén su interés y tiempo y le deseamos muy buenas lecturas